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Hace 130 años los ferrocarriles cambiaron el tiempo

Francisco Miraval

Hace 130 años, el 18 de noviembre de 1883, las empresas ferroviarias en Estados Unidos y Canadá cambiaron el tiempo. De hecho, a un siglo y casi un tercio de aquella decisión, aún seguimos viviendo en el tiempo establecido por los ferrocarriles, ahora a nivel global, incluso si jamás en la vida nos hemos subido a un tren.

A las 12 del mediodía de la fecha mencionada, los ferrocarriles de Estados Unidos y Canadá adoptaron lo que desde entonces se conoce como husos horarios. Hasta ese momento, cada ciudad y cada región tenían su propia hora. Se estima que existían miles de horarios locales, impidiéndose así saber a qué hora llegaría el tren a una cierta ciudad.

Al incrementarse los viajes en ferrocarril, y para evitar las confusiones creadas por la existencia de miles de horas locales, las empresas ferroviarias decidieron crear su propio “código del tiempo”, sin la intervención de los gobiernos federales (una clara muestra del poder que tenían esas compañías).

Eventualmente, en 1918, el Congreso de Estados Unidos finalmente adoptó los husos horarios como la ley del país. Lo mismo hicieron otros gobiernos y ahora esa división del tiempo es tan común  que ya casi no pensamos en ella, excepto cuando queremos llamar a alguien que vive en otra zona horaria, o queremos ver un partido de futbol que se juega en otro continente.

Tanta era la influencia de las compañías ferroviarias que en los primeros años de su implementación los husos horarios se conocían como “tiempo de los ferrocarriles”.

El día que se adoptó el sistema, todos los conductores de trenes de Estados Unidos y Canadá sincronizaron sus relojes con el nuevo sistema, y no ya con el tiempo local de cada ciudad e incluso de cada estación. (El tiempo local dependía de cuándo era el mediodía exacto en esa ciudad.)

Poco después, los comerciantes comenzaron a usar “la hora de los trenes” y aún después los relojes públicos también se sincronizaron con esa hora. Y ahora ya se trata de un fenómeno global.

En pocos años, la antigua idea de medir el tiempo siguiendo el movimiento del sol fue reemplazada por la medición del tiempo según los intereses de una poderosa industria, que reemplazó al sol por el caballo mecánico y al tiempo local por un tiempo impersonal y mecánico.

En otras palabras, el tiempo natural, el tiempo basado en el recorrido del sol, el tiempo inestable que varía de lugar en lugar y de época del año en época del año fue reemplazado por un tiempo mecánico, lineal, comercial y eficiente. Y tan exitoso fue el cambio que lo antes era natural ahora ya no lo es, y viceversa.

Me pregunto qué poderosa industria estará (está) nuevamente dispuesta y lista a cambiar nuestra percepción del tiempo, o quizá ya lo haya hecho, de modo que, hasta sin darnos cuenta, adoptemos una nueva manera de ver el tiempo y la realidad. ¿Qué tiempo reemplazará al tiempo ferroviario? ¿Qué industria es tan poderosa como para hacerlo?  

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