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Nuevas metas para terminar con el hambre ¿y con la hipocresía también?

Francisco Miraval

Recientemente se desarrolló en Nueva York la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible, convocada por la Organización de las Naciones Unidas, para desarrollar un plan que permita eliminar el hambre y la pobreza a nivel global para el año 2030. Loable meta que merece todo nuestro respaldo.

En la mencionada reunión participaron unos 150 líderes mundiales que aprobaron los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que buscan llegar a un mundo sin hambre, ni malnutrición ni pobreza en los próximos 15 años, para que, a la vez que se cuida al planeta, “todos pueden realizar su potencial”.

La tarea, obviamente, es inmensa. La población mundial en este momento llega a los 7.200 millones de habitantes. De ellos, según el Banco Mundial, poco más de mil millones pasan hambre y viven en pobreza. Dicho de otro modo, una de cada siete personas en el mundo carece de suficientes recursos como para alimentarse adecuadamente.

Existen muchos motivos para explicar esa situación de hambre y pobreza. Guerras y conflictos aparecen en lo más alto de la lista, seguidos de tiranías, corrupción, epidemias y explotación.

Todo eso provoca que las personas migren (o lo intenten) de los lugares más afectados a los más favorecidos, tratando de encontrar así una oportunidad para salir del hambre y de la pobreza. Pero esas masivas migraciones, como queda claro en el presente caso de la llegada de cientos de miles de refugiados a Europa, no siempre resulta una buena solución.

Sea como fuere, una de cada siete personas en el planeta no tiene lo suficiente para comer. De allí el ambicioso plan de la ONU para revertir esa situación.

Al pensar en este tema, no puede evitar hacer una comparación de lo que sucede en el mundo con lo que sucede en Colorado, el estado donde vivo. El producto bruto interno de Colorado llega a unos 310 mil millones de dólares, similar al de Dinamarca y superando a Malasia, Singapur y Chile.

Según la Oficina de Colorado de Desarrollo Económico y Comercio Internacional (OEDIT), Colorado posee en 2015 la economía de más rápido crecimiento en el país y es el estado “más económicamente competitivo” y su capital, Denver, ha sido nombrada por la revista Forbes como la mejor ciudad en Estados Unidos para hacer negocios y como la mejor ciudad para encontrar trabajo.

En Colorado no hay guerras, ni epidemias, ni tiranía ni masivos movimientos de personas. Es el estado que más rápido se recuperó de la depresión económica que comenzó en 2008 por lo que ahora el desempleo es de sólo el 4 por ciento, comparado con el 5,5 por ciento de nivel nacional.

¿Cómo puedo comparar lo que sucede en Colorado con lo que sucede en el resto del mundo? En las actuales condiciones socioeconómicas de Colorado no puede haber hambre. Pero lo hay. Según la coalición Colorado Sin Hambre, el hambre afecta a una de cada siete personas en este estado, el mismo porcentaje que a nivel mundial.

¿Cuál es entonces la verdadera causa del hambre?

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