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¿Cómo puedo prepararme para el futuro si no me dejan?

Francisco Miraval

Como van las cosas, no creo que pueda jubilarme en ningún momento en el futuro cercano, pero aparentemente tampoco podré hacerlo en el futuro más lejano, dentro de varias décadas, porque, según un nuevo reporte, no existen las condiciones para que los trabajadores hispanos puedan prepararse para aquellos años.

El reporte, publicado recientemente por The Bell Policy Center en Denver, se enfoca en Colorado, pero sin dudas la situación es similar en muchos otros estados. Básicamente, dice el informe, los hispanos tienen un 40 por ciento menos de posibilidades que otros grupos de ahorrar los necesarios durante sus años de trabajo como para jubilarse con independencia financiera.

Y eso se debe no a que los hispanos no trabajen, sino a que en los lugares en los que ellos trabajan no se les ofrece un plan de jubilación, que es una de las maneras más sencillas de ahorrar para el futuro.

Si a eso se le suma el hecho que los salarios de los hispanos son un 30 por ciento a un 50 por ciento inferiores a los salarios de los no hispanos, y que los hispanos habitualmente pagan más por los seguros de salud, del carro y de vida que los no hispanos, la situación se complica porque, incluso trabajando, queda poca capacidad de ahorro.

Pero la situación se complica aún más cuando, dice el reporte, se tiene en consideración el impacto que no contar con suficientes recursos para los años post-laborales tiene en los hijos de esos trabajadores jubilados.

Cuando los hijos, cumpliendo con sus deberes de hijos, destinan parte de sus ingresos a ayudar a sus padres ancianos, esos hijos, precisamente por ayudar a sus padres, con frecuencia no pueden ahorrar lo suficiente como para jubilarse, por lo que cuando ellos lleguen a la ancianidad deberán depender de sus propios hijos.

En otras palabras, no contar con los recursos necesarios para ser financieramente independientes como adultos mayores o ancianos lleva a repetir e incluso agravar el ciclo de pobreza en una nueva generación.

Y todo eso sucede no porque no seamos trabajadores o no sepamos ahorrar, sino porque no siempre están a nuestro alcance los mecanismos y las herramientas como para prepararnos para esos años.

Mientras tanto, dice el mencionado reporte, los trabajadores blancos tienen un 30 por ciento más de posibilidades que el promedio de la población de jubilarse con el dinero que necesitan, simplemente porque generalmente trabajan para empresas en las que se les ofrece planes de jubilación y otras alternativas.

Pero si ser excluidos de los planes de jubilación ya es un problema importante por sus consecuencias personales y generacionales, la situación se agrava aún más cuando se nos excluye no sólo de ahorrar dinero para el futuro sino del futuro mismo.

Tanto nos dedicamos a resolver las urgencias del presente que le dedicamos entendiblemente poco tiempo al futuro emergente, que ya está llegando y en el que nada será como es ahora. En ese futuro, pensar en jubilarnos será la menor de nuestras preocupaciones.

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